“Rafael sentía que la educación tradicional era en realidad una manera de ir cegando a nuestros niños y a nuestros jóvenes, de irlos preparando para que el sistema los machacara más tarde a su antojo. Ninguna materia está diseñada para entusiasmar, para seducir, para fomentar la alegría del conocimiento. Todo lo contrario: cada maestro deposita en su clase sus propias frustraciones, su tristeza, el estruendoso fracaso de su vida. Y de ahí en adelante el sistema entero se encargará de irnos moldeando para que jamás despertemos de ese marasmo que es la vida de manso empleado eficiente: las propagandas, las telenovelas y los seriados televisivos, los noticieros de radio y televisión que siempre mienten y que observan los hechos desde ángulos sesgados que están bajo la supervisión de ciertos consorcios económicos, el concepto de belleza anoréxico y famélico que condena a millones de personas a sufrir con dietas y a someterse a pésimas alimentaciones, la comida chatarra que condena a los otros a engordarse hasta la enfermedad y la muerte, el consumismo aberrante, el racismo soterrado o explícito, todo está perfectamente armado para que cada uno de nosotros caiga en la trampa y empiece a comportarse como los otros, a pensar lo mismo, a sentir lo mismo, a soñar lo mismo. A esa gigantesca maquinaria, a ese descomunal tinglado donde todo está preparado para que nuestras vidas sucumban y se hundan, Rafael lo llamó La Cosa.”

出自Mario Mendoza 《Buda Blues》

“Rafael sentía que la educación tradicional era en realidad una manera de ir cegando a nuestros niños y a nuestros jóvenes, de irlos preparando para que el sistema los machacara más tarde a su antojo. Ninguna materia está diseñada para entusiasmar, para seducir, para fomentar la alegría del conocimiento. Todo lo contrario: cada maestro deposita en su clase sus propias frustraciones, su tristeza, el estruendoso fracaso de su vida. Y de ahí en adelante el sistema entero se encargará de irnos moldeando para que jamás despertemos de ese marasmo que es la vida de manso empleado eficiente: las propagandas, las telenovelas y los seriados televisivos, los noticieros de radio y televisión que siempre mienten y que observan los hechos desde ángulos sesgados que están bajo la supervisión de ciertos consorcios económicos, el concepto de belleza anoréxico y famélico que condena a millones de personas a sufrir con dietas y a someterse a pésimas alimentaciones, la comida chatarra que condena a los otros a engordarse hasta la enfermedad y la muerte, el consumismo aberrante, el racismo soterrado o explícito, todo está perfectamente armado para que cada uno de nosotros caiga en la trampa y empiece a comportarse como los otros, a pensar lo mismo, a sentir lo mismo, a soñar lo mismo. A esa gigantesca maquinaria, a ese descomunal tinglado donde todo está preparado para que nuestras vidas sucumban y se hundan, Rafael lo llamó La Cosa.”